400 g de mantequilla
200 g de azúcar glas
2 huevos
700 g de harina
2 cucharaditas de aroma de limón
lacasitos
Todos los ingredientes deberán estar a temperatura ambiente.
En un bol ponemos la mantequilla y el azúcar y batimos en la batidora. Cuando tengamos una crema añadimos el huevo y seguimos batiendo hasta que se integre bien. Añadimos también el aroma de limón o vainilla, o coco, batimos.
Por último añadimos la harina tamizada y batimos con una espátula para que no nos coja aire y la galleta quede fina. También podemos acabar amasando a mano, de esta manera conseguiremos una masa más uniforme.
Cuando ya tengamos la masa hecha la envolvemos en film transparente y la guardamos en la nevera como mínimo 2 horas. También se puede hacer de un día para otro. En realidad, metemos la masa en la nevera para que la mantequilla se una bien al resto de ingredientes y cuando metamos las galletas en el horno estas no se nos deformen.
Horno precalentado a 170º C.
Después de reposar la masa de las galletas en la nevera, la sacamos y la dejamos unos 10 minutos a temperatura ambiente para que se ablande y no nos cueste tanto estirarla. Con ayuda de un rodillo vamos estirando la masa hasta que tenga un grosor de unos 6 u 8 mm.
Con ayuda del molde con forma de corona, vamos cortando las galletas y poniéndolas en una bandeja de horno forrada con papel de horno. En cada punta de la corona ponemos un lacasito de diferente color.
Metemos las galletas en el horno por 12 minutos. Estarán cuando la superficie deje de brillar o los bordes empiecen a tostarse.
Dejamos que se enfríen.