2 solomillos de cerdo
12 rebanadas finas de tocino
Aceite
Sal
Pimienta negra
Para la salsa:
500 g de cerezas
5 cucharadas de agua
5 cucharadas de vinagre de manzana
4 cucharadas rasas de azúcar glas
Deshuesamos las cerezas, dejamos algunas enteras. Cocinamos en una olla a fuego moderado, junto con el agua, el vinagre de manzana y el azúcar glas. Cuando las cerezas estén blandas, separamos algunas enteras para decorar.
Trituramos el resto, pasándolas a continuación por un colador fino. Vaciamos en la olla y rectificamos el sabor, si hace falta, añadimos un poco más de vinagre, o azúcar o si estuviera muy espeso algunas gotitas de agua pero todo con moderación.
En el caso de que desearais añadir más vinagre hervimos de nuevo la salsa, a fuego lento, hasta reducirlo completamente. Si queremos diluir un poco más la salsa agregamos una cucharada más de agua, removemos y hervimos unos minutos, retiramos del fuego. Reservamos.
Salpimentamos ligeramente el solomillo y cortamos en trozos gordos, utilizamos como medida el grosor la rebanada de tocino puliendo los laterales, si hiciera falta, para que los medallones queden redondos.
Envolvemos con la rebanada de tocino y freímos en aceite a fuego moderado hasta que presenten un bonito color dorado.
La carne debe quedar algo rosada por dentro.
Servimos el plato bien caliente acompañado de puré de patatas o una ensalada verde.
Servimos la salsa en salsera aparte.
Tips: recordemos que el tocino tiene sal, no salar demasiado la carne.