250 g de azúcar
2 huevos medianos
1/4 cucharadita de sal
30 g de naranja confitada, picada
100 g de almendra molida
250 g de harina de repostería
1 cucharada de levadura
1/2 cucharadita de canela
1/8 cucharadita de nuez moscada
1/8 cucharadita de clavo
1/8 cucharadita de pimienta blanca
Preparamos una bandeja grande de horno.
Batimos en un cuenco amplio los huevos con el azúcar y la sal; añadimos la naranja y la almendra, mezclamos bien hasta formar una masa homogénea.
Aparte, mezclamos la harina con la levadura y las especias, vamos tamizándolo encima del primer cuenco, usando una espátula para incorporar bien todos los ingredientes.
Volcamos sobre la superficie de trabajo limpia y terminamos de trabajar la masa con las manos. Debe quedar homogénea pero bastante pegajosa. Si estuviera demasiado pringosa, añadir algo de harina y mezclar bien.
Con las manos ligeramente untadas de aceite de girasol, formamos bolitas tomando pequeñas porciones de la masa con movimientos rápidos en las palmas de las manos. Aproximadamente de 2 cm de diámetro.
Colocamos un poco separadas sobre la bandeja.
Dejamos la bandeja en un lugar sin corrientes durante unas 5-6 horas para que se sequen las pastas.
Horno precalentado a 220º C.
Horneamos a media altura durante unos 5 minutos; las bolitas se achatarán y se grietaran un poco, deben quedar ligeramente doradas.
Esperamos unos minutos antes de dejarlas en una rejilla para que se enfríen del todo.
Espolvoreamos con azúcar glas a través de un tamiz, y guardar en recipiente hermético, preferiblemente una caja metálica con motivos navideños.